“Amarylis” vive en Utuado y fue participante del Programa de Reparaciones. Su relación con Habitat comenzó para agosto 2021. Esta es su historia:

La casa de Amaryilis tiene historia. Es una casa de herederos donde vive ella con su hermano. Es donde vivió con su esposo, que ahora descansa en paz, y donde crió a sus tres hijos que ya tienen vidas independientes. Uno de los hijos con buscando oportunidades económicas se metió al Army y fue el primer en irse de Puerto Rico.

Para cuando vino el Huracán María, ella cuenta “me quedé aquí [en la casa] pensando que era segura.” Tantas viviencias, tantos años, no pensó que el embate del huracán la desharía. Pero vio el cinc volar y la casa se llenó de agua. “El agua llegó hasta la cocina.” “Pasamos el huracán nerviosos, sin saber cómo íbamos a sobrevivir, qué iba a quedar.” Entonces vinieron las mañanas interminables de levantarse para combatir la lluvia y humedad y que no tuvieran accidentes y no se dañaran más cosas en la casa: “Yo tenía que estar bregando en el área de la cocina, sacando agua de la cocina porque eran áreas que siempre se mojaban y después era un peligro para caerse, porque a mi edad o la de mi hermano eso es un peligro real, ¿quién se va a enterar? Y eso era todas las mañanas a secar la superficie, pasar mapo y ¡cuando llovía era peor!”

Rápido después del Huracán María, otro de sus hijos se fue a buscar trabajo a los Estados Unidos. “Él, como es ingeniero de computadora, pudo conseguir algo allá, y el está bien pero uno los extraña y se queda solo,” comenta Amarylis explicando que el trabajo de arreglar la casa era mucho para ella o su hermano. Al repasar lo que ha podido hacer por su cuenta comenta que afortunadamente, consiguió ayuda de Hogar Renace. Ellos le pusieron el techo de cinc en cada cuarto y una alarma de fuego. FEMA dió muy poco pero lo juntó con ayuda del cuñado y pudo hacer otro poquito. Entonces un día cuando estaba por el barrio Cayuco escuchó sobre el programa de Habitat y llamó. Gracias a Dios pude llamar para calificar y entregar todo lo que me pedían.

En la casa de Amarylis Habitat puso fin a las filtraciones de agua. “Yo quisiera decirle a esa persona que me atendió ese día que fue una gran ayuda en mi hogar. Fue un servicio de excelencia. Las personas que fueron contratadas han sido muy dedicadas y respuetuosas. Yo diría que el servicio ha sido bueno. Pensando en otros: el que necesite, busque la ayuda, porque Gracias a Habitat no voy a tener más dificultades. Me siento más segura y poco a poco voy mejorando y puedo decir que tengo ahora una calidad más aceptable de vida,” concluye Amarylis. Después de la ayuda de Habitat ya no tendrá que levantarse a luchar contra la humedad o levantarse preocupada. Sin tener que luchar contra la humedad, poco a poco volverá a reclamar sus mañanas.

¿Por qué escogió esta historia de cambio? ¿Qué diferencia provocó? ¿Cómo resumiría su importancia o impacto?

Amarylis cuenta que tiene condiciones de salud y la humedad me hace daño. "Ahora imagínate la cocina que es un área tan importante, donde uno entra todos los días, ¡no había manera de evitarlo! Todos los días estaba sacando agua," exclama. La edad avanzada de tanto Amarylis y como su hermano generaba tensión en ambos, porque reconocían que en cualquier momento podían caerse y entre ellos no había quién pudiera ayudarlos. La otra ayuda recibida contribuyó a la recuperación de ellos, pero aún con el techo de cinc o la pintura y recogido, el agua entraba y el peligro era algo diario. Al seguir entrando el agua las cosas se seguían dañando el peligro seguía presente. Ahora ya no tendrá levantarse preocupada.

¿Qué diferencia hará este cambio en el futuro?

Ya lo noto, siento más paz y más felicidad.

¿Cómo compara la magnitud o la importancia del cambio generado por el programa de Reparación de Vivienda con la de otros cambios que se han dado en su vida, en su familia, o en su comunidad u organización en los pasados 5 años?

"Pues mi otro hijo y los nietos se han ido, eso ha sido un cambio," comparte Amarylis. Así que los cambios han sido difíciles. Se pierde esperanza. Llega un poco de ayuda, pero el peligro sigue. Llegó la ayuda de FEMA pero fue tan poca que uno se desanima. Pero con esta ayuda sumada al techo de cinc, Amarylis se siente más segura y comenzar a recobrar su calidad de vida.